He practicado varios deportes a lo largo de la vida, siempre con el objetivo de disfrutar. Desde pequeño he practicado fútbol, basket, karate, patinaje,  decathlon de Konami ,…  , y más mayorcito, rugby, tenis, padel, ciclismo, esquí, footing, perdón, running, levantamiento de vidrio en barra fija .. . No soy un deportista de verdad, no tengo grandes cualidades, ni me he planteado nunca la competición en serio, sólo he sido un ferviente defensor del «mens sana in corpore sano». Prefería los deportes de equipo, porque la camaradería forma parte de la diversión. Ahora me es muy complicado encajar la disciplina del equipo en mi vida, por eso casi sólo practico deportes individuales. Incluso mi «equipo» ciclista no es un equipo, porque puedo fallar sin perjudicar a nadie.

A todo el mundo le gusta la competición, no nos engañemos. Desde que somos espermatozoides, competimos por un hueco entre millones de seres similares. Algunos son capaces de matar por la competición y se deprimen si pierden hasta jugando a las canicas. Error. Esta actitud sólo está justificada si vas a ser el campeón mundial de las canicas, porque necesitas esa mentalidad asesina. Otros rechazan la competición alegando que no les importa perder. Error. A todo el mundo le gusta ganar, aunque es verdad que hay que acostumbrarse a perder, aprender a asimilar la frustración. Adoptar una postura de «looser» antes de empezar es igual a ser derrotado por uno mismo sin haber competido. Triste.

En el caso del triatlón, es el único deporte que he practicado que sólo cobra sentido real cuando se compite. Puedes entrenar cada deporte, incluso hacer un entrenamiento de varios a la vez, o entrenar las transiciones. Pero en realidad estás haciendo running, natación o ciclismo. O entrenando a desnudarte muy rápido, que siempre puede resultar útil. Yo también soy de los que opina que el triatlon no es la suma de tres disciplinas, si no un deporte en sí mismo. Al ser un deporte complejo, un «meta-deporte», sólo existe de verdad cuando cumples con todas sus reglas, y eso sólo se consigue plenamente cuando se compite.

En mi caso, y en el del 99% de los que participamos en un triatlón, sabemos que no vamos a ganar.  Ni incluso a quedar arriba en nuestra categoría de edad. Todos llevamos tatuado en el pecho con tinta invisible: «Lo importante es participar». Eso se nota en el ambiente tan interesante que se respira en las competiciones, hay mucho buen rollo y camaradería. Pero hay una actitud de competición, de mirada del tigre, de querer adelantar al que tienes al lado.  Esa actitud es muy importante, porque convierte a la práctica del triatlón algo muy emocionante. Quiero pensar que los mamporros en la disciplina de natación, a parte de algún cafre o motivao, provienen de no caber todos en el mismo sitio.

 Hay que tener respeto por la competición intentado dar lo mejor de uno mismo

El triatlón para mí significa competir contra el mayor rival: uno mismo. Competimos contra nuestra vejez, contra nuestra apatía, contra nuestra propia decadencia. ¿En qué competición más importante podríamos participar?. Ver los juegos olímpicos por la tele es como estar muerto frente a un solo minuto nadando en el mar junto a otros locos. Por eso creo que es importante participar en un triatlón con espíritu de lucha, de mejora. No nos apuntamos para pasar el rato, no vamos sólo a divertirnos. No queremos llegar el último, y eso que yo tengo experiencia. Hay que tener respeto por la competición intentado dar lo mejor de uno mismo. Este consejo de triatlón sirve para la vida, y a su vez, la vida se expresa en un triatlón en todo su esplendor. Todo es un círculo, cachis.