La «temporada» 2019 ha acabado. Ha sido realmente corta, 2 triatlones: Torre del Mar y Playas de Torremolinos y dos travesías: Alikindoi (OEEE) y Bomberos de Torremolinos. Las fechas han coincidido con eventos y saraos, y las prioridades son las prioridades.
También es verdad que quizás mi motivación y mi forma está peor que nunca. Los kilos de más no ayudan. La repetición de los gestos, aunque no me aburran porque me sigo divirtiendo mucho, me recuerda que estoy en cierto estancamiento. Quitando Bomberos, que sí ha sido un reto de verdad, no es que me esté exigiendo mucho.
Bueno, pero la verdad que lo que he hecho, lo he disfrutado a tope. El III Triatlon de Playas de Torremolinos no fue una excepción. El clima como siempre hasta ahora, ha sido fantástico. O muy malo, según se mire un clima casi veraniego el 6 de Octubre. Un gustazo empezar a las 9:30 y antes de las 12:00 ya estar en casita preparado para salir pitando a Mollina.
La previa muy bien, buen aparcamiento, sin colas para recoger el dorsal, ni en zona de transición ni guardarropa. Se nota buena organización. Me encuentro con esos peasos de guerreros Alikindois: Jose María Muñoz, tri-boina verde, y Alfonso Moreno, soldado raso en búsqueda de tri-galones. Un lujo competir a su lado.
Por cierto, nosotros estábamos en el Sprint infantil el mismo día que nuestro Sergio Aznar hacía el IRONMAN de Barcelona, con un tiempo de unas 10horas que lo encumbra al Olimpo de los Dioses deportivos. Qué emoción, y pensar que hace nada que era yo el que le daba consejos,… qué rápido crecen los niños, jajajaja.
En el segmento de agua he nadado sin neopreno (temperatura de casi 20º) y hemos sido pocos, lo que no entiendo con agua «calduchi». El reloj Garmin se ha quedado pillado, con un reinicio incluido y eso que me lo acaban de enviar nuevo. Espero que sólo sea un «chungo» pasajero. La velocidad según la organización, 2:22 más lento que el caballo del malo. Pero disfrutando y con mucha seguridad. La transición buena, eso de no quitarse el neo es una vacilada.
La bicicleta muy divertida, hemos montado un grupito de 4 que nos hemos ido relevando más o menos. El circuito tiene cuestecillas y curvas que reducen la velocidad, pero que resultan entretenidas.
La carrera, lo que pero llevo, al principio fatal, 5:30, pero conseguí apretar un poco y en el cuarto kilómetro bajé a 5:10. Registros pobres, pero es-lo-que-hay. La anécdota de la carrera se produjo cuando una señora del pueblo, pero señora-señora auténtica del pueblo, que estaba sentada en el paseo marítimo, me ve concentrado como iba en mejorar el ritmo y me grita: «ACHUUUCHALE»
Me tenía que haber parado, darle un par de besos sudorosos y haberla fichado como PEDAZO DE PERSONAL TRAINER.
Con un sonrisa en la cara, achuché lo que pude hasta la meta.
Por cierto, que mi amigo, el otro Alfonso, me dió un pasón en la segunda vuelta en carrera a pie, aunque sólo quedé 5 puestos por detrás, todo un mérito para mí.
La postmeta la recordaba soberbia (cocineros, variedad de frutas, isotónicos, etc). En esta ocasión fue un poco regulera: plátanos, manzanas pochas, tortilla congelada, empanadillas y croquetas frías…pero había cervecita, así que sin problemas. La bolsa del corredor chunga también: un descuento y una camiseta picajosa. Igualito que la bolsa de la travesía Alikindoi!!
Tiempo final, 1:26:09, Puesto: 139 de 197. Cabeza de ratón.
Hasta el 2020, que no decaiga el espíritu triatlético!!
MUSICA: SAX – Fleur East
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