Nuestro Paco, alias «el Pastor» o «Pinturas», es el alma del grupo. Uno de los 5 fundadores iniciales, y sin duda alguna, el ciclista con más experiencia acumulada de todos nosotros. Nuestro maestro -o como dice Tapi, nuestro «estrenador»-. A todos nos ha dado sabios consejos, que hemos usado mejor o peor. Y a casi todos nos ha ido reclutando y cuidando como si fuéramos parte de su familia. Y menuda familia tiene, una mujer que debe ser una gran mujer para haber enderezado a un hombre fuerte como el hierro y unas hijas campeonas de la vida, incluyendo una servidora de la ley y una teleco top de ciberseguridad en Londres. Que caña, todo gestado desde un barrio de Málaga.
Paco ya hacía rutas imposibles cuando era un «chavea». Sus anécdotas se cuentan a cientos, y es un lujo que algún día comparta alguna de ellas contigo en la carretera. Como cuando se construyó una bici de hierro, porque era lo que había, y subió a la Reina acompañando a un profesional, que le regaló una equipación de las auténticas cuando percibió el talento juvenil. O sus escapadas hasta cerca de Cádiz sin que su madre lo supiera. O los podiums, ya más madurito, en tierras de Castilla sin haber entrenado. Y eso, sólo las historias ciclistas, porque las historias de la vida, Paco es más que un maestro. ¿Sabías que paco tiene una colección de tebeos cuando nadie valoraba los comics?. A mi la historia que más me gusta es imaginarlo en un mercedes de fiesta con Paco de Lucía, Camarón y Chiquito de la Calzada. Quién tuviera una máquina del tiempo para montarse en ese coche. Aunque tampoco le va la zaga imaginarlo de bailarín en las discotecas de la Costa del Sol en los 70 (¡con melenazo!), tuvo que ser un escándalo. (Paco, me debes una foto, y lo sabes). Y hablando de fotos, aquí lo tenemos ejerciendo de «mister». Está claro que lo de hacer equipo le viene de lejos.
Pero nuestro hombre es mucho más que todo eso. Paco es de los que imprime a la grupeta una filosofía: Nadie se queda atrás. No le gusta que vayamos empujando delante, olvidándonos de los que sufren atrás. Porque todos nosotros hemos ido en un momento dado atrás del grupo, no te olvides. Si empiezas a tirar cuesta arriba, Paco se pone el primero demostrando que eso no tiene mérito, te mira con cara de pocos amigos, y se vuelve atrás para ayudar a los que lo necesitan. Ese es el espíritu de Pedales Rotos: Todos llegamos, todos importamos. Ke bien vamos.
No todo es bueno en Paco, ojito. A veces es muy bruto, un poco gruñón, demasiado directo. Es un hombre que se viste por los pies y no le gusta la gente que no va de frente, cuidadín. Tampoco es aconsejable ir detrás de él en una cuesta, porque te hace la «paradiña» y tienes que andarte con mil ojos con el afilador, jajaja.
Aunque nuestro Paco está muy reformado, todavía guarda costumbres «malillas» de su intenso pasado. Genio y figura hasta la sepultura y más allá… aunque dicen que en el tour de Francia del siglo pasado se fumaba, vete tú a saber si ahí radica su secreto.
Los últimos tiempos están siendo difíciles para Paco a nivel ciclista, esperemos que esos achaques mejoren y queden atrás -Forza, Paco-. Aunque mejor no darle muchos ánimos, el otro día nos dio un repaso subiendo a Patas Cortas y saliendo 20 minutos más tarde que nosotros.
Un figura del ciclismo y de la vida. Y un auténtico honor compartir carretera a su lado.
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