Ya estoy inscrito el V Triatlon de Benalmádena, que será el 7 de Mayo de 2017. Es una prueba especial para mí, porque allí comencé el año pasado, y aunque lo pasé físicamente mal , a nivel anímico fue un auténtico pelotazo que me ha enganchado a este deporte. La organización y el ambiente que se respira es realmente bueno, del Club de triatlon benalmádena. Conocí hace poco tiempo a uno de sus directivos, que me dijo que estuvo junto a mí en una vespa todo el recorrido final de bicicleta a punto de descalificarme por mi retraso. Yo no lo recordaba, mi visión era como un túnel que solo me dejaba ver hacia adelante. Me alegro que mi humilde carta a la revista triatlón les sirviera de recompensa inesperada a su paciencia conmigo.
Ya he comenzado a nadar, llevaba varios meses sin hacerlo. Estaba un poco preocupado por las sensaciones, pero ha sido fantástico. Hoy hubiese querido salir al mar otra vez, la temperatura ha subido casi dos grados en una semana -olé- pero tal y como informaba la boya del mar (ver pluging abajo), había olas de un metro que desaconsejan meterse en el agua -cachis-. Es lo que tiene la piscina al aire libre, que se depende de la climatología. Así que me he ido a correr tranquilo, 12 km, para no perder la forma alcanzada en la mediamaratón. Las sensaciones mucho mejores que el otro día, la primera vez que volvía a correr tras 10 días y que me dolieron la rodilla y el tendón de aquiles. Casi me tuve que parar, se ve que el cuerpo se quejaba del esfuerzo y la vuelta a la rutina. Que jodío.
«Es muy difícil quedar el primero y el último en un triatlon»
Ayer con la bicicleta me subí a la fuente de la reina, que viene bien como entrenamiento para las cuestas que tiene este recorrido, con 4 subidas al parque de la Paloma, no son habituales en los recorridos sprint. Tal y como ha ido mi progresión este año, creo que no voy a quedar el último, aunque nunca se sabe, puede haber un percance o una lesión (que es peor que quedar el último). Me he propuesto iniciar una tradición: quedarme a saludar al último participante para darle ánimos y pasarle el testigo del último corredor. Como dijo mi amigo, «es muy difícil quedar el primero y el último en un triatlón». Al primero ya le dan su premio. Al último, yo me encargaré de darle el suyo.
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