La «Dana» acechaba al XXVII TRIATLÓN DE TORRE DEL MAR. Había previsión de lluvia, viento y olas de 2 metros. El pertenecer a un club de natación de aguas abiertas como ALIKINDOI te otorga superpoderes en el mar, pero no te quita el canguelo en el cuerpo. La noche del 30 de Marzo se cambió la hora, por lo que había una hora menos de sueño. Ná, niná. Preparé los «tri-avíos» recien levantado, repasando mentalmente que llevaba todo. Ya no hace falta mirar el checklist de material, soy un experto en el inicio de mi cuarta temporada.
«El cielo estaba gris oscuro y caía una fina lluvia sobre el parabrisas del automóvil. Mientras todo el mundo permanecía entre sus tibias sábanas, el triatleta había pagado por calarse hasta los huesos y arriesgar su integridad física. Se armaba de valor sintonizando música ligera en la radio. Había salido con retraso, por lo que aceleraba peligrosamente para llegar antes de que cerraran la entrega de dorsales. Dicen que el mundo se alía con los intrépidos por lo que, justo a tiempo, consiguió aparcar, recoger el dorsal, pegar las pegatinas sin pegamento, dejar el equipo en boxes y la mochila en el guardaropa. Con cuidado, se enfundó el neopreno, el gorro de competición y las gafas… ¡¡LAS GAFAS!! ¿DÓNDE ESTABAN LAS GAFAS? «
…fin de la historia. Me dejé las gafas de natación en casa!!!. …«ya no hace falta mirar el checklist de material, soy un experto»… . Soy un experto en pifiarla. En fin, lección 832 aprendida. Ya probé a nadar una vez sin gafas y, aunque posible, es una experiencia desagradable, se quedan los ojos como «brótolas» durante todo el día. Así que entre rendirme o mendigar unas gafas, opté por lo segundo. En la cola, en un grupillo muy majo de gente me dejaron unas gafas de repuesto, que encima me estaban perfectas. Problema resuelto. Hermandad triatlética for ever.
La natación era un poco complicada, había oleaje pero era asumible. Estoy disfrutando como una morsa en el mar, las sensaciones cada vez mejor, el rumbo casi clavado. En esta ocasión la salida del rompeolas fue realmente espectacular, seguí nadando hasta la orilla, me pasó una ola por encima, pero al irse yo estaba perfectamente en tierra. Sensaciones de PRO, jajaja.
Pero lo más arriesgado venía a continuación: Bicicleta con lluvia. Menos mal que la organización había suspendido la subida a la gasolinera de Cajiz, por lo que la bajada (el año pasado me puse a 60kmh) no había que hacerla. Sabia decisión, se reducía así la estadística de muertos en la carretera este finde. Y al recortarse en 4 km el recorrido, me propuse darlo todo. En el triatlón de Torre del Mar no está permitido el drafting, pero adelanté a un chaval y le grité «venga, vamos». Y nos fuimos dando relevos «virtuales», es decir, sin chupar rueda. Se nos juntó otro chaval que entendió el concepto. Las sensaciones de ir a tope y ver a los triatletas en fila india mientras la lluvia salpica en tu bici y te da en la cara, son… cómo explicarlo ¿épicas?. Las grabo en mi memoria, sólo por ellas ha merecido la pena. Que majaretas estamos los triatletas.
Viento en contra a la ida y a favor a la vuelta (pico de 47km/h). El promedio de velocidad bajo (33,4Km/h), pero bueno para estas condiciones climatológicas.
Al bajarme de la bici e ir a ponerme las chanclas de correr, se me subieron los gemelos. Tranquilo -me dije- es sólo un saludo, buena señal, significa que hemos dado todo en la bici. Empecé la carrera a pie recuperando, un ritmo lento 5:32. Llevo meses sin apenas correr y se nota. Pero me fui encontrando mejor y acelerando, acabé a 4:57. Buenas sensaciones y las rodillas no dan ruido (lo digo bajito para que no se enteren, espero que no tengan conexión a Internet).
La postmeta bien pero muy concurrida, no encontré a nadie conocido, pero como había tres distancias supuse que era complicado coincidir. Después me enteré que mi amigo Sergio no había venido al Olímpico por fuerza mayor (RAJAO, QUE ERES UN RAJAO,… y lo sabessss. Jajaja). Saludé a mi amigo Carlos Novoa, repuse líquidos, recogí el material, devolví las gafas (mejor siempre es de pedir que de robar) y para casita pronto a preparar el almuerzo y limpiar todo el equipo, que tenía agua y barro para montar una alfarería.
Como puede comprobarse en la foto, una horita haciendo deporte en paños menores bajo la lluvia no provocan grandes secuelas en la salud. Ni quitan la sonrisa. Ni los pelos del sobaco.
Ya no me hace falta revisar la lista de material…
El triatleta patata
Los resultados oficiales un desastre, no salgo en las clasificaciones, supongo que el chip no funcionó. Según mi tiempo por mi reloj, 1:16:37, debí quedar el 102 de unos 200, que sería una buena clasificación, pero hay como unos 50 sin resultados y entiendo que compitiendo, supongo que la clasificación sería peor. Tenía curiosidad, porque dicen que a los triatletas malos les viene bien las malas condiciones de competición, era un momento de probarlo.
Como se nota que no es Carlos Novoa el que organiza el triatlón. Que vuelva Carlos a la Federación, con Carlos esto no pasaba!!! Carlos Novoa for president!!
MUSICA: Move like Jagger – Maroon 5
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