Con el descubrimiento de la natación, llega el gusanillo de hacer alguna prueba. Si en triatlón soy patata, en natación no llego a tubérculo. Pero me pica la curiosidad ver el ambiente, de ver cuánto de lento voy, o en positivo, cuanta cantidad de mejora me queda hasta que aprenda a nadar.

Respecto a mis condiciones físicas para esta práctica deportiva, puedo decir que, pese a mi considerable pérdida de peso, luzco una considerable barriguilla, fruto de la edad y las cervecitas. Que no todo puede ser machaque, amosaver. El sobrepeso en ciclismo y running está muy penalizado, cada kilo que llevas en la mochila cuenta una barbaridad. Por ejemplo, mi bici pesa 8kgr (de segunda mano) me costó 300€. Una bicicleta pro (nueva) pesa 6,5 Kgr, y sale por unos 3.000€. Lo que significa que sale el kilo de bici a 1.800€. En natación estar muy canijo o muy musculoso tipo gym penaliza porque se reduce la flotabilidad. Es decir, mi físico no me penaliza tanto en el mar. Lo que pasa es que los músculos de natación (dorsal, hombros, espalda) son muy específicos y la técnica es complejísima.

La ventaja de participar en una competición sin ninguna aspiración más que ser un finisher decente es que la presión es cero. Todo es disfrute. Y el gusanillo de la trompeta de salida eleva las pulsaciones y provoca un plus de emoción que multiplica el disfrute.

En principio, me llama mucho una clásica de mi ciudad, la “Travesía a nado del puerto de Málaga”, que va por la 58 edición, ahí es nada. Son 1000 metros, distancia muy asequible, la mitad de un entrenamiento normal. No es una «competición», es más una prueba popular festiva para preparar la feria.

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Es el 6 de Agosto, el domingo que viene, aunque no se si lo voy a poder compaginar con las actividades familiares. La semana siguiente tengo el triatlón de Estepona, y ese sí que me gustaría no fallar. Y además, la inscripción en la travesía a nado sólo tiene el precio simbólico de 2 euros, olé por la organización.

En fin, se hará lo que se pueda, en la meta no me espera la Gloria, (que es mi tia y la pobre ya está muy mayor).