El primer y último triatlon de esta temporada casi-Post-Covid. Se cogía con muchas ganas, casi dos años sin poder practicar el triatlon se hacía eterno. Sin apenas entrenamiento, mucha bici este verano, poca natación y casi ninguna carrera. En fin, era un día de disfrute triatlético, las marcas eran lo de menos. El clima increíble, soleado, 22 grados, y el agua también por ahí, decidí no usar neopreno.
La llegada a boxes inmejorable, con gente güena de Alikindoi: Cisneros, Ramón, Inma, Mayte, Sergio,… y también vi a Fonsi en la playa y al gran Carlos Novoa. La organización bien, pese a los cambios que han tenido que adoptar por el Covid, pero no se les ha ido la pinza con las restricciones, ni tampoco con pasar la mano a lo loco. La entrega del dorsal se hacía en una bolsa en los propios boxes. Por cierto, la camiseta está chula, yo diría que no es picajosa!!.
La salida en el mar ha sido buena. Hasta la primera boya iba muy bien, en el giro me he visto justo detrás de Ramón, con lo que era una muy buena señal. Pero, ay,maemía, había un oleje muy pequeño pero que dificultaba la respiración por la derecha. Como por la izquierda no voy bien, sigo respirando a derechas y empiezo a tragar buches de agua y pierdo la respiración. Hiperventilo. De repente, se me viene a la cabeza el canguelo del primer triatlón. Así como un zoom que hacen en las películas. Intento controlar la respiración, pero cada vez que metía la cabeza en el agua, sentía que me ahogaba. Dios santo, y yo presumiendo de haber hecho la travesía de Bomberos de Torremolinos. Total, que comencé a nadar en plan socorrista (o Ms.Ropper) con la cabeza fuera del agua mientras trataba de acompasar la respiración. Me voy quedando atrás. Cuando alcanzo la segunda boya y giro hacia la playa, meto la cabeza y comienzo a nadar de verdad. No puedo recuperar lo perdido, pero ya no sigo perdiendo más. Eso por no acudir a las clases de la piscina de Alikindoi. Que desastre.
En la bici, después de un verano fuerte con la indomable extraoficial, me propuse darlo todo. ¿Para qué reservarme para la carrera si apenas he corrido este año?. Y vamos si lo dí. Me dió un subidón cuando vi a Miguel de Pedales Rotos entre el público animándome. ¡Qué caña!. Empecé a adelantar a todo trapo, incluso en la subida a la gasolinera de Cajiz. Buenas sensaciones, la vuelta con viento en contra pero yo adelantando con los dientes apretados. Sobrecito energético, nuevos ánimos de Miguel, y para la transición.
La carrera la comencé fuerte 5:10 y suponía que me iba a desmoronar. En el segundo kilómetro bajé el ritmo a 5:21, pero me he sentido bien, y he dado todo, bajando los últimos kilómetros a 5:00, que para lo que he entranado la carrera ha sido un bombazo. Las rodillas parecen que me han dado un respiro, sólo unas molestias en los tendones de aquiles.
Un tiempo total de 1h24min que ha sido fantástico. Sobre todo, mientras corría miraba a la playa y pensaba lo afortunados que somos en estos tiempos aún de pandemia de ir haciendo el loco por Torre del Mar en un día espléndido. Esperemos que el año que viene la normalidad deje de ser «nueva» y volvamos a vivir en plenitud. Hoy ha sido un gran día que anuncia ese nueva era.
El cronometraje no sé yo donde calculan los promedios de la carrera a pie, porque 26:13 para 5 kilómetros sale a un ritmo de 5’14». Yo decía al principio que las marcas no eran lo importante, pero porque no sabía que me iba a salir bien, jajaja.
MUSICA: He llevado en el coche dos canciones en bucle, así que hoy ración doble:
FITO, último disco 2021: «Quiero gritar», un Superstition revisitado con un solo de saxo épico.
AC/DC: «Fire your gun». Tema viejuno pero lleno de adrenalina, lo que pega para hoy.
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